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cuentos cortos del lenguaje

"Echar el muerto"

Uno de los principios penales más intuitivos al paladar moderno es el de responsabilidad individual. En pocas palabras, una persona es inculpable por (y sólo por) sus propios actos. Es uno de los fundamentos del derecho romano, que tiene hoy carácter internacional.

Por supuesto, no siempre lo tuvo.

En el derecho germánico medieval existía el concepto de responsabilidad colectiva. En la eventualidad de que un crímen que no pudiese ser atribuído a un autor en particular, la familia o comunidad cargaba con la culpa y las multas asociadas.

En línea con esta filosofía, el homicisium era una sanción económica impartida a los habitantes de un pueblo por el hallazgo del cadáver de un hombre presuntamente asesinado en las cercanías de la aldea.

Este autor desconoce si tal medida fue efectiva para la prevención del homicidio, pero puede dar fé de la astucia de las comunidades medievales, que para evitar la multa mantenían el hallazgo en confidencia y trasladaban por la noche el cadáver a los linderos de un pueblo vecino.

En resumidas cuentas, le echaban el muerto a otro.